A los largo de los años, la carreteras ha cambiado mucho. La curiosidad por conocer los trazados antiguos nos lleva a buscar documentos y mapas que nos indiquen estas carreteras.
Poco más de siglo y medio hace que el Ministerio de Fomento existe como tal y para realizar su labor, se redactó una memoria sobre el estado de las infraestructuras en España. En ello incluía un largo listado de las carreteras y partiendo de ahí, es donde podemos tener detalles sobre las vías más importantes. En el siguiente enlace, podéis acceder a un breve listado y pequeños textos que están en dicha Memoria y tienen que ver con la parte Asturiana.
Es en el "Proyecto Económico" de Ward donde se establecen en 1761, por primera vez en España, la necesidad de construir una red básica de caminos radiales pero no es hasta más adelante, a partir
de 1860, donde podemos ver listados de carreteras.
A partir de aquí, es donde podemos situarnos en lugar y tiempo y así conocer la historia de las carreteras en Asturias entre unos puntos y otros.
En el siguiente enlace podéis acceder al listado detallado y rutas actuales en GoogleMaps de lo que reflejaba el Plan 1860.
Durante todo el Siglo XX hubo una mejora notable de la red de carreteras debida al continuo aumento del parque móvil en el país.
Empezando por el Plan de 1916, conocido como Plan Ugarte, que sirvió para marcar un plan estratégico de todas las mejoras necesarias y ampliaciones. Dividido en tres grupos de actuación, construcción urgente, construcción necesaria y puentes y travesías.
La denominación de las carreteras Nacionales y Comarcales surgió en el Plan General de Obras Públicas de 1940 y siguió así hasta los años 80.
La nacionales serían las principales carreteras para unir la capital del país con las capitales de provincia y otros puntos de interés estatal entre si.
Una vez definido todo el territorio español con un plan contundente en cuanto ordenación y teniendo además el Plan de mejoras de 1950, hacemos una pausa en el Plan de 1962 donde aparecerán las Carreteras Locales.
En la década de los 80 gran parte de la red española pasa a ser titularidad de las autonomías, produciéndose así el que probablemente sea el cambio de mayor peso ya que así, las propias autonomías pasarían a gestionar una cantidad importante de sus infraestructuras.